Ser feliz es una meta a la que todos desean llegar, y se tienen diferentes ideas sobre cómo conseguirla, dependiendo de los gustos e intereses de cada persona; Es fácil pensar en la felicidad como un resultado, pero aprender a sentirse bien a pesar de las circunstancias es clave para mantener un estilo de vida saludable.
Muchas veces las circunstancias pueden no ser las más favorables para sentirse bien, sin embargo, hay ciertas acciones que si se ponen en práctica pueden mejoran la actitud ante la vida.
No se tiene que vivir tratando de “atrapar” a la felicidad, tampoco es útil pensar en ella cómo un merecido destino después de un arduo caminar; La felicidad es una palabra compleja y difícil de definir, sobre todo porque el camino a la felicidad es diferente para cada uno.
Hay factores que afectan la felicidad, y pueden estar fuera del control propio como la genética o determinadas circunstancias; la felicidad consiste en ir tomando día a día pequeñas decisiones, que se traducen en acciones para vivir más feliz.
Actuar de forma coherente con los valores y metas personales, permite tomar acciones respecto a la felicidad que se desea y tener una combinación de emociones más positivas que negativas.
En lugar de buscar la felicidad en el exterior, se debe de buscar dentro de sí mismo todos aquellos pensamientos y/o actitudes que impiden serlo, y trabajar para corregirlas.
Entre las acciones que ayudan a ser más feliz se encuentran:
- Evitar igualar las compras con la satisfacción.
- No dejar que el miedo a la crítica detenga las metas/ sueños que se tienen.
- Salir de la zona de confort, para conseguir nuevos logros.
- Estirar el cuerpo al despertarse.
- Hacer una lista de lo que más se guste hacer.
- Realizar una actividad reconfortante/ ejercicio durante el día.
- Meditar 5 minutos al despertarte
- Recordar todo lo positivo que se ha realizado durante el día antes de dormir.
- Levantarse y acostarse con tiempo, como mínimo dormir 8 horas.
- Ponte en contacto con la naturaleza.
